Casi nunca lo hago, casi nunca acaparo las conversaciones ni hablo demasiado sobre mi misma, sin embargo anoche tenía unas ganas enormes de hablar y hablar, y entonces, tras mi reclamo por una breve distracción, el me soltó la estrofa más honesta que me han cantado en un buen rato….
Con acordes sencillos y letras francas me dijo:
“Te escucho, bostezo, pero te escucho”
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