enero 06, 2024

Nosotras

Las hay de todos tamaños, colores y sabores, las hay de todas las tallas, de todas las clases sociales y con variados contextos.
En el desfile de las almas rotas y los corazones triturados caminan de la mano las que se visten de Dior y se perfuman con Chanel y las que compran en el "tianguis" y usan colonia inglesa....
Cuando las lágrimas nublan la vista y la soledad apachurra el corazón ya no hay diferencias, todas son iguales, todas sienten lo mismo, todas forman parte del mismo cúmulo de féminas con la ilusión hecha carbón y el gesto endurecido...

Las razones pueden ser varias: el objeto de su amor ahora vive bajo tierra, o las dejo por algún espécimen mas joven, o se les desbarató el cuento de hadas cuando se descubrieron  a si mismas con un par de flamantes cuernos adornándoles la frente, o alguna enfermedad letal amenaza su futuro y las llena de dolores... también están las que se cansaron de ser ignoradas y decidieron vivir la soledad como se debe, solas y no acompañadas, las que llevan en la piel la marca de la violencia física, las que llevan en el alma la marca de la violencia verbal, las que desayunaron mentiras por años hasta que el hambre de dignidad y la salud mental ya no se los permitieron, las que un buen día cobraron valor y decidieron dejar de tener miedo, las que de tanto llorar se construyeron su propio mar y abandonaron todo para irse a navegar en el, las que perdieron hijos, las que perdieron padres, las que perdieron sueños.
Cuando la pena aprieta y la sensibilidad de nuestro género es ultrajada... las reacciones son más o menos las mismas... se sufre, se llora, se calla, se grita... te caes, sientes que el mundo acaba, y a la mañana siguiente te vuelves a levantar, como siempre.... por que ser mujer la mayoría de las veces significa no rendirse, jamás rendirse.
Ahí... en medio del llanto que ahoga, de la locura que grita, del dolor que se desborda, no hay glamour, no hay marcas, no hay maquillaje que nos distinga... solo el sentimiento en carne viva y la pura desnudez de un alma rota a la que ya no le importan las poses.

Ahí todas somos un solo ser
Ante el dolor
Ante la injusticia
Ante las pesadas imposiciones a nuestro género
Ante las incontables perdidas que vamos acumulando
... por qué está historia, nuestra historia, es universal, y ha estado ahí desde el inicio de los tiempos. 

No importa si ahora algunas han quemado el sostén
No importa si ya hay muchas de nosotras en puestos de "poder"
No importa si se ha conquistado mayor libertad sobre ser madre o no o sobre casarte o no.
Al final del día rara vez podemos decir que la distribución de la carga es equitativa
Al final del día de algún modo siempre hay la sensación de que para nosotras cuesta el doble
Al final del día siguen ahí muchas de las piedras en la mochila, tristemente, encorvando nuestra alma con un peso que nosotras mismas elegimos cargar.

Deseo que mis hijas y las hijas de mis hijas y todas las mujeres que las precedan puedan comer un postre sin sentir culpa, que puedan practicar deporte por el gusto de quedar exhaustas haciendo algo que disfruten y las haga sentir vivas y no por que tener un trasero firme sea mandamiento y no envejecer una obligación, quiero que amen su cuerpo con mayor intensidad después de convertirse en madres, aunque ya no sea tan perfecto como antes por que ahora es un sagrado territorio que fue capaz de gestar vida y eso debería ser honrado y amado por todo ser humano con alma, y no maltratado y juzgado por una sociedad frívola que todo lo procesa al revés. Quiero que no sientan que tienen que dar más, que tienen que darlo todo para merecer que las amen, cuando su maravillosa existencia es motivo más que suficiente para inspirar amor. Quiero que mis hijas crezcan y vivan libres de imposiciones machistas, que no cuenten jamas entre sus deberes servir a otro ser humano solo por que son mujeres, solo por que ¨así debe ser¨.
Quiero que sean quienes son y que jamás sientan necesidad de explicarlo o peor aun de disculparse por ello.
Las quiero libres, orgullosas de si mismas, en paz con su cuerpo y con su alma. Felices, inspiradas, motivadas y con la certeza de su grandeza pegada a la piel, como el mas indeleble de los tatuajes.







febrero 26, 2022

Patchwork

Curioso saco de cicatrices me he vuelto.
Soy un montón de retales, manta remendada, cosida con mil trocitos de diferentes escenas de los 14,180 días que me anteceden.
Estoy hecha de aquella sonrisa amarga que se me escapó tras la decepción numero 5000, cuando descubrí una vez más lo que siempre he sabido, el día que reí para no volver  a llorar.
Ahí plasmado esta también el trocito de vida que se me escurrió aquel 20 de julio del 2013, el día en que sin éxito luche por no desmoronarme y llorar frente a un desconocido.
Están los días de infancia, los primeros, los bonitos, los que transcurrieron junto a ella, como escenas de una película antigua, llena de luz, paz y alegría.
También están las fotografías de los días grises, de la época de tormentas sin fin, con el miedo en la tripa, con la vergüenza a cuestas, con el corazón infantil desconcertado y adolorido, con un montón de preguntas y mil historias tejidas en mi interior, para poder escapar a un lugar donde nadie podía hacerme daño. Ahí esta ese dibujo de mis manos amoratadas recibiendo un poco de calor de aquella mujer enternecida.
Esta la sensación de absoluto amor, incondicional y completo, cuando mi Luna llego a mi vida.
Dibujada a lápiz la escena de mis manos aferradas a aquella silla conteniendo con todas mis fuerzas las ganas de llorar al recibir aquel diagnostico que en su momento se convirtió en el augurio funesto de una vida muy pesada, de un futuro muy incierto, y que hoy por hoy intento procesar como una bendición llena de aprendizaje y crecimiento personal.
Esta el precioso primer llanto de Oliver que se me metió en los tímpanos y que me acompañara siempre como un dulce recuerdo.
Esta el regalo inesperado de mi Azul, mi hermosa Azul, ese trocito cacheton lleno de ternura que se ha convertido en la cereza del pastel en esta caótica y bella aventura de ser mamá.
Ahí en tela gastada y desdibujada están también los ojos verdes que me acompañaron por varios años y que me regalaron días y días de inagotable ilusión y complicidad, están esas otras miradas con las que tropecé, aquellas que me hacían sentir especial a pesar de que mis ojos no reflejaban la misma admiración de vuelta.
Nítidos y presentes están los ojos tristes que se adueñaron de mi corazón como nunca nadie mas lo ha hecho, de un modo distinto, profundo e inevitable, de un modo que ni yo misma logro descifrar y mucho menos controlar. 
Ahí esta también en una esquinita la colección de recuerdos que debieron ser felices y se estropearon por un temperamento enfurecido que me ha hecho mucho daño, pero que en este punto de mi vida me ha obligado a redescubrir mi propia fortaleza y me ha hecho prometerme a mi misma que no más, que no soportare un solo trozo más de días hechos pinole por un enojo cuyo peso ya no deseo cargar.

Estoy hecha de días perfectos, de épocas doradas, llenas de música, de mar, de sol, de caminos por recorrer, de estrellas brillantes y lunas grandotas, de paz en el alma, también estoy hecha de días grises, inundada en llanto, llanto solitario y doloroso, con luces que fueron perdiendo brillo de a poco, hasta convertirlo todo en una penumbra de la que solo mis hijos lograron sacarme, con sueños que se volvieron lejanos y diminutos puntos en la distancia y que se llevaron considerables trozos de identidad y alegría, de dias que se han vuelto relevantes por el solo hecho de tener bajo mi tutela las tres preciosas vidas que más amo, con un futuro que auguro mas pacifico, lleno de las 4 personas que hoy por hoy forman la familia por la que estoy dispuesta a ponerme de pie cada día. 

...Confío en que vienen días menos turbulentos, con la posibilidad de tejer nuevos sueños. Me gusta pensar que los mejores pedazos de mi vida están por crearse, están por añadirse. Quiero pensar que queda mucho hilo, mucha tela y mas experiencia para dibujar escenarios y recuerdos cuyo contorno y contenido sea una consecuencia calculada y elegida por mi y no el producto de lo que otros pinceles decidan venir a garabatear en un destino, en una historia  que me pertenece solo a mi.



septiembre 12, 2020

Dejar ir

Si la vida se te volvió cansancio.
Si la mochila se te lleno de reproches, si traes el morral pesado de criticas.
Si te sientes odiada.
Si el color de la vida se te torno desteñido, gris y sombrío.
Si se te extinguió la sonrisa.
Si te sientes sola librando todas las batallas.
Si te sientes utilizada.
Si sientes que la carga es dispareja y los esfuerzos impares.
Si perdiste la paz.
Si perdiste la esperanza.
Si intentaste una y otra vez, sin obtener un resultado distinto, uno mejor.
Si te has esforzado, (y juro por Dios que te has esforzado) y tu esfuerzo solo ha sido menospreciado.
Si te condicionan las caricias, si te esconden los "te amo", si te ignoran las lágrimas, si jamás te han valorado, si te hacen sentir que no desean estar junto a ti, que no vales lo suficiente para luchar por ti.
Si estas cansada de pedir lo que nunca te han querido dar.
Si ya se te fueron días y meses y años valiosos en tu inútil lucha contra molinos de viento.

Es hora de soltar.
Soltar lo que te pesa como un lastre.
Que mucho suma lo que no resta.
Aunque duela, aunque rompas las promesas y mates los sueños que alguna vez se tejieron con gran ilusión, aunque haya toneladas de incertidumbre y un miedo que casi raya en pánico.
Suelta. Deja ir todo lo que nunca ha querido quedarse en realidad. Destruye para poder reconstruir, sé valiente, que todo va a estar bien... todo va  a estar mejor.

Que el tiempo vuela, y no te va bien pasarla con la panza echa nudo y el corazón aplastado. Que contagiarte de la falta de pasión por la vida y del poco gusto por vivirla es peor que ir a la tumba prematuramente. Que si tus días no cuentan, si los ojos no brillan y los labios no sonríen, nada tienes que hacer aquí. ¡Que ya es hora! ¡Que ya basta! ¡Que ya fue suficiente!
Que hay dos estrellitas que han venido a este mundo a aprender de ti, y si tu no brillas, ellos aprenderán a no brillar, y eso si que no te lo podría perdonar.



abril 14, 2020

Pequeñas grandes lecciones

Yo le dije: 
¿Sabias que puedes pedir un deseo antes de soplar un diente de león? 
Solo cierra los ojos, apriétalos bien fuerte y piensa en tu deseo, pídelo en tu cabecita y cuando ya este listo, soplas el diente de león, ¡¡y ya está!! ¡¡sera un deseo enviado!!

La vi emocionarse con la idea, después la vi dudar, luego se quedo pensando un largo rato, al final la sentí incomoda, realmente no sabía que pedir,  forzadamente formuló el deseo en voz bajita , apenas audible, era un deseo que se inventó solo para salir del paso, pidió "que la nueva casa tenga un jardín lleno de flores y árboles de frutas", sé que lo dijo por que no se le ocurrió nada más, sé que lo dijo por que era lo que estaba viendo en ese momento...

Y entonces me di cuenta de cuán ligero es el equipaje de mi hija.

Sé que si le hubiera hecho la misma petición  a un adulto, tal vez su respuesta hubiese sido: ¿Sólo uno? 
Y tal vez también lo hubiese pensado un largo rato, pero por no saber cual de todos sus múltiples deseos elegir.

Me di cuenta que mi hija no desea nada, o al menos no desea un sinfín de complicadas cosas.... y entendí por que siempre sus ojos brillan y su sonrisa es capaz de llenarlo todo y resonar en todos los rincones. Ella vive ligera, disfruta y piensa solo en lo que esta ocurriendo aquí y ahora...  
No lleva a cuestas un gordo equipaje cargado de deseos incumplidos, de frustraciones pesadísimas que a los adultos suelen hacernos caminar encorvados, incapaces de levantar la mirada, incapaces de disfrutar de nuestros propios pasos y reconocer nuestro propio camino. 
Creo que por eso tenemos tanto apuro por llegar, no sabemos ni a donde ni por qué, ¡pero queremos llegar ya! para descansar, para no tener que soportar más esa maleta llena de sabe Dios que cosas que pesan como un yunque.

No sé si después de la programación metódica y sistemática que nos ha enseñado a vivir instalados en la proyección de un futuro que no sabemos si llegará, no se si después de habernos dicho tantas mentiras a nosotros mismos y de habernos convencido de que necesitamos una larga lista de logros y objetos y reconocimientos y situaciones ideales para por fin sentarnos a disfrutar y ser felices, sea posible retornar al estado de pureza y simplicidad de un niño, ellos que no necesitan un título (o más de uno), una cuenta bancaria engrosada, un plan de vida, un cuerpo ideal y quien sabe que tantas cosas más para sentirse vivos, presentes y ¡¡¡felices!!!



"Protegedme de la sabiduría que no llora, 
de la filosofía que no ríe 
y de la grandeza que no se inclina ante los niños" 
(Khalil Gibran)

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