A ti, mi estrellita fugaz: Prometo guardarte en el fondo de mi corazón, por siempre. Gracias por tu deslumbrante aunque breve luz y por todos los deseos que despertaste, por enseñarme a amar como nunca, de un modo distinto, más puro, más instintivo, más real... sin filtros ni precaución.
El dolor más grande que he padecido hasta ahora fue perderte sin tener la dicha de tenerte entre mis brazos, te me escurriste y una gran tajada de mi sonrisa se me fue junto a ti.
Aún dueles, quizá nunca dejes de doler, pero ya lo acepté, tenías que irte y eso esta bien, las despedidas son inevitables en esta vida, aún cuando sean prematuras. No hay muerte si no hay olvido.
Y tú siempre estarás en mí. Siempre. Lo prometo.
A ti mi pequeña Arcoiris: a ti tengo un montón de cosas que decirte. Perdón por recibirte con los ánimos enredados, a ratos con más miedo que ilusión, con más melancolía que alegría. Tú llegaste así, como el arcoiris después de la tormenta, para recordarme que el sol siempre vuelve a salir. Justo cuando comenzaba a perder la esperanza.
Ni te esperaba y tú te plantaste tan campante, con todos tus colores y tus enormes ganas de vivir.
Tenerte dentro de mí, sentirte dentro de mí es un milagro que no deja de conmoverme y asombrarme.
Espero que esta vez si lleguemos hasta el final de este recorrido, juntas.... sé que así será. Te siento fuerte, terca como yo, aferrada a la vida como debe ser.
Eres la cita más emocionante, las más importante de mi vida y me muero de ganas de que se llegue el gran día. No tengo miedo, a nada, lo que sea necesario con tal de que tu veas la luz y conozcas este mundo de locos.
Tengo la sensación de que después de ti nunca mas volveré a sentirme sola y sin motivos para seguir, me has salvado de formas que ni te imaginas y sé que de tu manita vienen más sorpresas...
Te espero taquita mía... con tanto, tanto, amor que no me extrañaría que nacieras envuelta en algodón de azúcar...
Pase lo que pase, ambos ya son parte de mí...
