noviembre 03, 2024

Little girl

¡Cierra los ojos pequeña!
¡¡Cierralos muy fuerte!!

Deja que vuelvan las viejas melodías.
Deja que aparezcan las imágenes, las escenas que solo se pueden ver en la oscuridad.
Recuerda. Recuérdate. 
Conecta con tus latidos.
Deja que la vocecilla interna crezca, que se vuelva rugido, que se vuelva tambor, que se vuelva un grito retumbante y que tras descargar su urgente mensaje regrese a ser murmullo, de nuevo en calma, de nuevo en paz.
Vuelve a reflejarte en la neblina, en el rayito de sol, en la gota de lluvia, en el viento travieso, en la ola de mar, en el colibrí apurado. Vuelve a sentirte parte del todo.
Vuelve a soñar con historias extraordinarias, siente de nuevo como en la espalda te brotan alas y en el pecho te crecen ilusiones como flores silvestres en tiempo de lluvia.

Y no te olvides.
Por favor ya no te olvides.





mayo 17, 2024

De lo que se ha ido, de lo que ya no está

 Me siento "eñora nostálgica" 

Ya nadie lee blogs creo yo.
A nadie le importa un carajo de que van los pensamientos de otro ser humano, si tiktok, instagram, los reels que se cuelan hasta en la sopa sin que lo pidas y todo ese contenido presto, relámpago y siempre disponible es mucho más atractivo. A quien le importa que hace llorar o reír a alguien, si las personas son cada vez más, "un producto desechable", que si no cumple con las expectativas se sustituye con una facilidad escalofriante, frívola, insensible.... Y derrochando adjetivos, añadiría, repugnante.
Y yo en cambio, como buena cuarentona me siento más cómoda con un ritmo más pausado, solo tengo Facebook y mi feed está lleno de publicaciones de restauración de muebles antiguos y rollos holisticos y cosas por el estilo, por qué hasta el husmear en vidas ajenas no es mucho de mi interés....
Cada vez tengo más necesidad de conexión profunda, de mirar a los ojos, de intercambiar sonrisas de verdad y no solo emojis, de tener una conversación que no sea interrumpida por timbres y notificaciones a cada minuto, mientras me contestan con monosílabos por qué les gana el apuro por revisar la jodida pantalla.... 
Debo estar envejeciendo a pasos agigantados por qué cada vez siento mas melancolía por lo que solía unir a las personas.... De las risas imparables, hasta que te dolía la panza y aún así no podías dejar de reír... De la emoción de descubrir una canción nueva en compañía, o ver una buena película y hablar sobre ella después de que terminaba. Comer en paz, sin prisa, con el lujo extinto de la sobremesa. 
Ya nadie lucha por nada, ya todo da pereza, ya invertir tiempo y esfuerzo en las relaciones interpersonales es cosa olvidada.

Ya la vida no sabe igual.
Ya no hay pausas vitales.
Ya no hay placeres sencillos.

La gente ha dejado de impresionarse con las pequeñas maravillas, con los milagros cotidianos. 
La gente se ha vuelto adicta a la adrenalina que le produce la satisfaccion rápida, la emoción instantanea, los cuerpos perfectos, las vidas perfectas, aunque sean falsos y lo propio este cada vez mas vacío y abandonado.

Y a mí me da tristeza y también un poco de rabia.
No es mi asunto, ya lo sé. Que cada quien gaste su tiempo y su atención en lo que le de su real gana.
No todo es malo con esto de la tecnología, también lo sé.

Y aún así sigo sintiendo que es un cáncer que está pudriendo a la sociedad de manera profunda e irremediable.

...Y al paso que vamos, me tocará morir extrañando los viejos tiempos y el antiguo contacto humano. La conexión que solía haber entre las personas en la época en la que el mundo aun era enorme y misterioso y no se habia reducido a una diminuta ventana, incrustada en un pedazo de hojalata.

enero 06, 2024

Nosotras

Las hay de todos tamaños, colores y sabores, las hay de todas las tallas, de todas las clases sociales y con variados contextos.
En el desfile de las almas rotas y los corazones triturados caminan de la mano las que se visten de Dior y se perfuman con Chanel y las que compran en el "tianguis" y usan colonia inglesa....
Cuando las lágrimas nublan la vista y la soledad apachurra el corazón ya no hay diferencias, todas son iguales, todas sienten lo mismo, todas forman parte del mismo cúmulo de féminas con la ilusión hecha carbón y el gesto endurecido...

Las razones pueden ser varias: el objeto de su amor ahora vive bajo tierra, o las dejo por algún espécimen mas joven, o se les desbarató el cuento de hadas cuando se descubrieron  a si mismas con un par de flamantes cuernos adornándoles la frente, o alguna enfermedad letal amenaza su futuro y las llena de dolores... también están las que se cansaron de ser ignoradas y decidieron vivir la soledad como se debe, solas y no acompañadas, las que llevan en la piel la marca de la violencia física, las que llevan en el alma la marca de la violencia verbal, las que desayunaron mentiras por años hasta que el hambre de dignidad y la salud mental ya no se los permitieron, las que un buen día cobraron valor y decidieron dejar de tener miedo, las que de tanto llorar se construyeron su propio mar y abandonaron todo para irse a navegar en el, las que perdieron hijos, las que perdieron padres, las que perdieron sueños.
Cuando la pena aprieta y la sensibilidad de nuestro género es ultrajada... las reacciones son más o menos las mismas... se sufre, se llora, se calla, se grita... te caes, sientes que el mundo acaba, y a la mañana siguiente te vuelves a levantar, como siempre.... por que ser mujer la mayoría de las veces significa no rendirse, jamás rendirse.
Ahí... en medio del llanto que ahoga, de la locura que grita, del dolor que se desborda, no hay glamour, no hay marcas, no hay maquillaje que nos distinga... solo el sentimiento en carne viva y la pura desnudez de un alma rota a la que ya no le importan las poses.

Ahí todas somos un solo ser
Ante el dolor
Ante la injusticia
Ante las pesadas imposiciones a nuestro género
Ante las incontables perdidas que vamos acumulando
... por qué está historia, nuestra historia, es universal, y ha estado ahí desde el inicio de los tiempos. 

No importa si ahora algunas han quemado el sostén
No importa si ya hay muchas de nosotras en puestos de "poder"
No importa si se ha conquistado mayor libertad sobre ser madre o no o sobre casarte o no.
Al final del día rara vez podemos decir que la distribución de la carga es equitativa
Al final del día de algún modo siempre hay la sensación de que para nosotras cuesta el doble
Al final del día siguen ahí muchas de las piedras en la mochila, tristemente, encorvando nuestra alma con un peso que nosotras mismas elegimos cargar.

Deseo que mis hijas y las hijas de mis hijas y todas las mujeres que las precedan puedan comer un postre sin sentir culpa, que puedan practicar deporte por el gusto de quedar exhaustas haciendo algo que disfruten y las haga sentir vivas y no por que tener un trasero firme sea mandamiento y no envejecer una obligación, quiero que amen su cuerpo con mayor intensidad después de convertirse en madres, aunque ya no sea tan perfecto como antes por que ahora es un sagrado territorio que fue capaz de gestar vida y eso debería ser honrado y amado por todo ser humano con alma, y no maltratado y juzgado por una sociedad frívola que todo lo procesa al revés. Quiero que no sientan que tienen que dar más, que tienen que darlo todo para merecer que las amen, cuando su maravillosa existencia es motivo más que suficiente para inspirar amor. Quiero que mis hijas crezcan y vivan libres de imposiciones machistas, que no cuenten jamas entre sus deberes servir a otro ser humano solo por que son mujeres, solo por que ¨así debe ser¨.
Quiero que sean quienes son y que jamás sientan necesidad de explicarlo o peor aun de disculparse por ello.
Las quiero libres, orgullosas de si mismas, en paz con su cuerpo y con su alma. Felices, inspiradas, motivadas y con la certeza de su grandeza pegada a la piel, como el mas indeleble de los tatuajes.







febrero 26, 2022

Patchwork

Curioso saco de cicatrices me he vuelto.
Soy un montón de retales, manta remendada, cosida con mil trocitos de diferentes escenas de los 14,180 días que me anteceden.
Estoy hecha de aquella sonrisa amarga que se me escapó tras la decepción numero 5000, cuando descubrí una vez más lo que siempre he sabido, el día que reí para no volver  a llorar.
Ahí plasmado esta también el trocito de vida que se me escurrió aquel 20 de julio del 2013, el día en que sin éxito luche por no desmoronarme y llorar frente a un desconocido.
Están los días de infancia, los primeros, los bonitos, los que transcurrieron junto a ella, como escenas de una película antigua, llena de luz, paz y alegría.
También están las fotografías de los días grises, de la época de tormentas sin fin, con el miedo en la tripa, con la vergüenza a cuestas, con el corazón infantil desconcertado y adolorido, con un montón de preguntas y mil historias tejidas en mi interior, para poder escapar a un lugar donde nadie podía hacerme daño. Ahí esta ese dibujo de mis manos amoratadas recibiendo un poco de calor de aquella mujer enternecida.
Esta la sensación de absoluto amor, incondicional y completo, cuando mi Luna llego a mi vida.
Dibujada a lápiz la escena de mis manos aferradas a aquella silla conteniendo con todas mis fuerzas las ganas de llorar al recibir aquel diagnostico que en su momento se convirtió en el augurio funesto de una vida muy pesada, de un futuro muy incierto, y que hoy por hoy intento procesar como una bendición llena de aprendizaje y crecimiento personal.
Esta el precioso primer llanto de Oliver que se me metió en los tímpanos y que me acompañara siempre como un dulce recuerdo.
Esta el regalo inesperado de mi Azul, mi hermosa Azul, ese trocito cacheton lleno de ternura que se ha convertido en la cereza del pastel en esta caótica y bella aventura de ser mamá.
Ahí en tela gastada y desdibujada están también los ojos verdes que me acompañaron por varios años y que me regalaron días y días de inagotable ilusión y complicidad, están esas otras miradas con las que tropecé, aquellas que me hacían sentir especial a pesar de que mis ojos no reflejaban la misma admiración de vuelta.
Nítidos y presentes están los ojos tristes que se adueñaron de mi corazón como nunca nadie mas lo ha hecho, de un modo distinto, profundo e inevitable, de un modo que ni yo misma logro descifrar y mucho menos controlar. 
Ahí esta también en una esquinita la colección de recuerdos que debieron ser felices y se estropearon por un temperamento enfurecido que me ha hecho mucho daño, pero que en este punto de mi vida me ha obligado a redescubrir mi propia fortaleza y me ha hecho prometerme a mi misma que no más, que no soportare un solo trozo más de días hechos pinole por un enojo cuyo peso ya no deseo cargar.

Estoy hecha de días perfectos, de épocas doradas, llenas de música, de mar, de sol, de caminos por recorrer, de estrellas brillantes y lunas grandotas, de paz en el alma, también estoy hecha de días grises, inundada en llanto, llanto solitario y doloroso, con luces que fueron perdiendo brillo de a poco, hasta convertirlo todo en una penumbra de la que solo mis hijos lograron sacarme, con sueños que se volvieron lejanos y diminutos puntos en la distancia y que se llevaron considerables trozos de identidad y alegría, de dias que se han vuelto relevantes por el solo hecho de tener bajo mi tutela las tres preciosas vidas que más amo, con un futuro que auguro mas pacifico, lleno de las 4 personas que hoy por hoy forman la familia por la que estoy dispuesta a ponerme de pie cada día. 

...Confío en que vienen días menos turbulentos, con la posibilidad de tejer nuevos sueños. Me gusta pensar que los mejores pedazos de mi vida están por crearse, están por añadirse. Quiero pensar que queda mucho hilo, mucha tela y mas experiencia para dibujar escenarios y recuerdos cuyo contorno y contenido sea una consecuencia calculada y elegida por mi y no el producto de lo que otros pinceles decidan venir a garabatear en un destino, en una historia  que me pertenece solo a mi.



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