Este
abril estuvo lleno de contrastes, me supo un tanto insípido, me pareció un tanto gris, aunque también tuvo sus intensos
destellos de color y sabor.
Estuvo lleno
de novedades, pero no todas fueron buenas noticias: temblor, playa contaminada (doloroso espectáculo), caos, anuncios catastróficos, confesiones incómodas y margaritas que se resisten a morir.
Este abril llegó mi sobrina, mi tocaya, ese pedacito de alegría.
Por estos dias me fui a ver a Zoe... con la descarga de estrés y recarga de energía que representa y que siempre es bienvenida.
Este abril llegó mi sobrina, mi tocaya, ese pedacito de alegría.
Por estos dias me fui a ver a Zoe... con la descarga de estrés y recarga de energía que representa y que siempre es bienvenida.
Hubo algunas
conversaciones rescatables (como aquélla que nació del reclamo de mi jefe por
mi indiferencia ante la psicosis generalizada por que según muchos el mundo se
acaba en el 2012).
Mis
chivas pasaron de la gloria a la pena, mi chícharito se fue y yo digo bien por él,
y ay! por mi rebaño.
Recuperé la inercia de mi rutina y me volví
a acomodar en posición fetal en mi ya conocida burbuja (lo cual resulta cómodo
pero lamentable).
Me medio-ilusioné en la mañana y me desilusioné en la tarde. Me quede con este desagradable saborcito a
ilusiones putrefactas que murieron antes de siquiera nacer... todo tiene su momento y si lo dejas ir, el encanto también desaparece.
Como
siempre, tuve mis días de melodrama, me ahogué en una pecera el lunes, para
después el miércoles atravesar el mismísimo
océano pacifico nadando y sin siquiera jadear un poquito.
Este
abril me trajo flashbacks y un que otro flashforward, me supo raro, muy
raro, me dejó ese segundo en el que toda la tristeza del mundo se poso sobre mí
porque me cayó el veinte de que mi abuelita ya está cansada y no es eterna
como yo creía.
Este atolondrado mes también me dejó esa
mirada... la más triste que he visto, la que ya aparece enmarcada ocupando un
lugar de honor en mi colección.
Este
abril me regaló los apapachos de la gente que me rodea por la tos de chucho que me torturó por casi medio mes (hasta la mamá de mi jefe me llevo un té de “ocote”...
me lo tome sin chistar, aunque no tenga la certeza de que fue exactamente lo que
me bebí).
Mi
chaparrito está tan diferente!! No sé si esto me convierte en
un ser humano despreciable, pero la verdad es que siento que me lo cambiaron,
mi chiquito tal y como solía ser ya no está, y a mí me cuesta quererlo igual
que antes.... y duele. Supongo que tendré que re-aprender a re-querer a esta nueva versión de mi cielito, con todo lo que eso implica.
Este
cuarto mes del año también recibí un curioso comentario de dos personas
completamente diferentes..... Cinthia me dijo: “Ya vi la de Alicia en el país de
las Maravillas y esa vieja esta igual de loca que tú. Tú también tienes mucha
muchosidad”y el desaparecido que
apareció me dijo: "Ya viste Alice in Wonderland?... Mientras veía la película no
podía dejar de pensar en ti... algo de esa niña me recuerda a
ti”....
En fin... este abril me heredó de todo un poco.... los
eventos de siempre,la fortuna de encontrar instantes de paz y hasta de felicidad incluso
varias veces al día, el aumento de elementos en la lista
de lo que hay que abandonar, la gratificante suma de minutos de reírme de nada con
el par de locos que hacen mi vida más amable, las canciones... las siempre oportunas y poderosas canciones, los libros que por este mes me receté: “Mil soles espléndidos” (muy bueno) y "Mandrágora (Alraune)”(este último confieso que
lo adquirí por motivos puramente morbosos,pero la verdad esto de las lecturas oscuras y casi prohibidas no es algo que me inspire, carece de magia, no transporta ni aporta).
Este
abril aprendí que las respuestas correctas jamás llegarán mientras no hagas las
preguntas adecuadas. Puedes pasarte la
vida "tonteando”, perdiendo el tiempo en divagaciones absurdas por miedo a
parecer drástica, agresiva, estresada, ansiosa o muy lanzada.
Este
abril re_aprendí o más bien recordé que con defectos y errores los míos son
los míos y me encanta que siempre están para mí y agradezco con cada molécula
de mi retorcido ser contar con ese grupo de gente llamada familia.
¡Qué razón tiene Lilo!.... Remendada, imperfecta y con muchas fachadas que me encantaria demoler, pero mi Ohana no me abandona ni me olvida.
Este
mes, que me pareció corto y fugaz, en realidad no lo fue, por que podría pasar
otro buen rato escribiendo y describiendo todas las telarañas mentales que tejí
y las contrastantes y caleidoscópicas
sensaciones que me acompañaron durante
estos treinta días… pero ya me aburrí… así que aquí se acaba este meditativo e
irrelevante post, aquí se duermen mis memorias de este agonizante, desahuciado y casi extinto Abril.