noviembre 25, 2009

El Poder De Una S o n R i s a



Hoy tuve que despedirme de Don Severo, mi periodiquero favorito...

Don Severo es un Señor que conocí en el semáforo de la subida de Chapultepec, en ese recorrido de todos los días rumbo al trabajo.
Ese semáforo hasta hace algunos meses era una verdadera maldición para mí. A causa de mi impuntualidad crónica representaba un problema, porque -supongo que por justicia divina- siempre estaba en rojo justo cuando más tarde se me hacía para el trabajo.

Y fue precisamente en una de tantas mañanas en que el dichoso semáforo estaba en rojo que tuve tiempo de observar como la Señora del carro que estaba frente al mío, decía que "No" con un ademán bastante despectivo al Señor que vendía los periódicos, y como siempre me ha indignado el trato prepotente hacia cualquier persona, pero principalmente hacia aquéllos que en determinadas circunstancias son mas vulnerables, pues decidí "compensar" a mí manera la ofensa y saludé a Don Severo (El Sr. que vendía los periódicos) con mi mejor sonrisa...  El reaccionó sorprendido y apenas tuvo tiempo de devolver la sonrisa y hacer una seña de aprobación señalando con el pulgar hacia el cielo.

El incidente no pasó desapercibido para Don Severo, porque en la siguiente oportunidad se acercó para agradecerme la sonrisa y me dijo que el mundo sería muy distinto si todos se detuvieran a ver a los ojos a las personas a su alrededor y les obsequiaran el mejor de los regalos: una sonrisa.
Y asi nació una bonita amistad que me acompañó durante estos meses.

Día a día entre semáforo y semáforo me enteré que Don Severo es de Michoacán, solo estaba aquí de paso, vino a trabajar una temporada, también me contó que es cristiano, que tiene una esposa y dos hijos, que a sus 58 años vino a conocer el mar aquí en Ensenada. Sabe mucho sobre ángeles y me dijo que el nombre de mi ángel es Raziel o Jaziel o algo así.

Y hoy... supongo que una especie de preámbulo a las despedidas que tendre que acumular en los próximos días,  Don Severo me anunció que se regresa pa´ su tierra, por fin a reunirse con los suyos.
Fue una despedida apresurada, no tuve ni tiempo de agradecerle las sonrisas y las bendiciones que como buen cristiano me regalaba cada mañana, apenas acerte a decirle que fue muy grato conocerlo y que le deseaba lo mejor... Me hubiera gustado darle un presente de despedida...
 Ni hablar, "Las piedras rodando se encuentran", chance y algún día tenga la oportunidad de despedirme como Dios manda.

Por hoy solo tengo que conformarme con escribir este post en honor de ese Señor de piel tostada, que consiguió hacerme sonreír cada mañana durante los últimos casi siete meses y que me dio tantas bendiciones y  buenos deseos que seguro me alcanzaran para un buen rato, también me enseño un poquito sobre ángeles  y sobretodo a revalorar el gran poder de un gesto tan sencillo pero tan significativo como una sonrisa.




Ya habia posteado esta canción en una entrada anterior, pero hoy quiero dedicarla a Don Severo por que creo que El es de esa gente....

"Gente que comparte el oleaje de su alma y nos renueva la pequeña esperanza de un día vivir en paz"





No hay comentarios.:

Roy Tanck's Flickr Widget requires Flash Player 9 or better.