I Feel Good

Mirando un poquito hacia atrás, me asomo y casi no puedo creer todo lo que Agosto me dejó... Ocurrieron tantas cosas... tan rápido... tan importantes... que aún estoy mareada y tratando de asimilar los cambios.

Me siento tan liberada… ese nudo en el estómago con el que había aprendido a vivir ya desapareció y me siento ligerita y optimista, entera, con un montón de ganas y un  renovado amor por la vida… hasta volví a tener ese viejo sueño! :D

Es curioso como todo se va acomodando, todo se va equilibrando. Las respuestas llegan hasta mi buzón, después de tanto buscarlas… Y descubro que todo era tan sencillo, casi obvio.

Y poco a poco se esfuma esa ansiedad… ya no quiero comerme el mundo de un bocado prefiero degustarlo despacito con un cafecito o con ice tea, dependiendo del clima.

Ya no quiero mudarme de galaxia, ni de planeta… porque aunque sigo sintiendo la necesidad de conocer el mundo en el que habito, ya tengo claro cuál es mi hogar, ya no quiero huir, ya entendí que la solución siempre estuvo en mis manos, no a cientos de kilómetros.

Y es que…. de a poquito -“pian pianito”, como dice mi abuelita- he ido descubriendo que todos esos pps que me envían por correo, aunque a veces suenan a cliché y repiten las mismas frases mil veces, tienen mucha razón cuando dicen que la felicidad es una conquista personal, una cuestión de actitud, algo que no depende de factores externos y que solo puedes encontrar dentro de ti.

Por eso me dan ganas de redecorarme por dentro…

Quiero pintar mi vida color transparente.

Alumbrar cada espacio con farolitos de luz ámbar, de esa que esta almacenada en mis retinas.

Abrir las puertas y agrandar las ventanas para asomarme al mundo desde mi propio mundo, para dejar entrar el aire fresco de los placeres sencillos.

Quiero pintar murales tridimensionales y animados que dibujen mis sueños al despertar,  con todos sus colores, con todo su esplendor, con todas sus incoherencias… 
para que no los olvide, para que me sirvan de guía.

Quiero construir un par de balcones junto a mis pupilas, por aquello de la vista panorámica.

Fabricaré una escalera en mi tráquea para que el descenso de las emociones vitales sea fácil y el ascenso de las palabras no encuentre trabas insuperables.

Quiero un jardín inmenso, libre y asimétrico, que no entienda de estaciones y limitaciones, que igual tenga orquídeas de clima tropical en el ventrículo derecho y tulipanes de clima frio en el ventrículo izquierdo, con un  montón de mariposas de colores revoloteando en cada espacio.

Quiero emociones positivas sembradas en macetas de barro 
para que desprendan ese olorcito que tanto me gusta.

 Quiero la música del mar y las sonrisas inundando mis sentidos.

 Quiero llevar por dentro mi mejor creación, mi obra maestra.

Hoy por hoy, poseo la certeza de que el proceso de auto-descubrimiento es el viaje más importante que todo ser humano debe emprender y aunque mi sendero en este sentido aún es muy largo, es una gran motivación para abrir los ojos y ponerme de pie cada mañana.

¡Carajo!

Hasta me puse cursi...

Como sea... de algún modo tengo que expresar la satisfacción que me produce esto de arreglarme la vida con mis propias manos...

De algún modo tengo que decir que me siento 

 ¡¡F e L i z !!