mayo 17, 2024

De lo que se ha ido, de lo que ya no está

 Me siento "eñora nostálgica" 

Ya nadie lee blogs creo yo.
A nadie le importa un carajo de que van los pensamientos de otro ser humano, si tiktok, instagram, los reels que se cuelan hasta en la sopa sin que lo pidas y todo ese contenido presto, relámpago y siempre disponible es mucho más atractivo. A quien le importa que hace llorar o reír a alguien, si las personas son cada vez más, "un producto desechable", que si no cumple con las expectativas se sustituye con una facilidad escalofriante, frívola, insensible.... Y derrochando adjetivos, añadiría, repugnante.
Y yo en cambio, como buena cuarentona me siento más cómoda con un ritmo más pausado, solo tengo Facebook y mi feed está lleno de publicaciones de restauración de muebles antiguos y rollos holisticos y cosas por el estilo, por qué hasta el husmear en vidas ajenas no es mucho de mi interés....
Cada vez tengo más necesidad de conexión profunda, de mirar a los ojos, de intercambiar sonrisas de verdad y no solo emojis, de tener una conversación que no sea interrumpida por timbres y notificaciones a cada minuto, mientras me contestan con monosílabos por qué les gana el apuro por revisar la jodida pantalla.... 
Debo estar envejeciendo a pasos agigantados por qué cada vez siento mas melancolía por lo que solía unir a las personas.... De las risas imparables, hasta que te dolía la panza y aún así no podías dejar de reír... De la emoción de descubrir una canción nueva en compañía, o ver una buena película y hablar sobre ella después de que terminaba. Comer en paz, sin prisa, con el lujo extinto de la sobremesa. 
Ya nadie lucha por nada, ya todo da pereza, ya invertir tiempo y esfuerzo en las relaciones interpersonales es cosa olvidada.

Ya la vida no sabe igual.
Ya no hay pausas vitales.
Ya no hay placeres sencillos.

La gente ha dejado de impresionarse con las pequeñas maravillas, con los milagros cotidianos. 
La gente se ha vuelto adicta a la adrenalina que le produce la satisfaccion rápida, la emoción instantanea, los cuerpos perfectos, las vidas perfectas, aunque sean falsos y lo propio este cada vez mas vacío y abandonado.

Y a mí me da tristeza y también un poco de rabia.
No es mi asunto, ya lo sé. Que cada quien gaste su tiempo y su atención en lo que le de su real gana.
No todo es malo con esto de la tecnología, también lo sé.

Y aún así sigo sintiendo que es un cáncer que está pudriendo a la sociedad de manera profunda e irremediable.

...Y al paso que vamos, me tocará morir extrañando los viejos tiempos y el antiguo contacto humano. La conexión que solía haber entre las personas en la época en la que el mundo aun era enorme y misterioso y no se habia reducido a una diminuta ventana, incrustada en un pedazo de hojalata.

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